La energía magnética generada por los magnetos es retenida temporalmente por las moléculas del agua para luego cederlo al organismo que lo consuma o entre en contacto con ella. Otra característica del agua es la capacidad de almacenar calor (energía térmica) la que va disminuyendo gradualmente. Un ejemplo es cuando tenemos frío y tomamos un café caliente, nuestro organismo absorbe el calor del agua.
Es importante señalar que la energía magnética y la energía térmica son de origen físico. El agua que contenga estas energías las transferirá al organismo que las consuma o entre en contacto.
La energía magnética aumenta la capacidad de disolución del agua (disuelve mejor), haciéndola más diurética, digestiva y ayuda a eliminar con mucho mayor facilidad las sustancias tóxicas del organismo. Por otro lado, el agua tratada magnéticamente mejora su capacidad para transportar los nutrientes a nivel celular, mejorando el rendimiento de las personas tanto física como mentalmente.
El agua energetizada es un relajante natural, porque neutraliza el estrés (cefaleas, palpitaciones, insomnio, tensión muscular) que la mayoría de las personas sufren debido a la vida acelerada que llevan y a la falta del consumo de agua energetizada, que es el nutriente principal de la vida.